Las series fotográficas de la exposición Susurros de luz son una exploración del
cambio como un proceso constante, ya sea en los paisajes que habitamos o en
nuestra percepción de las personas que nos rodean.
La primera serie, “Metamorfosis”, se centra en la transformación de paisajes
rurales en escenarios urbanos cargados de infraestructura moderna. Documenta
lugares que alguna vez fueron refugios de tranquilidad y que ahora reflejan el
impacto de la expansión urbana. Mediante el uso de colores saturados y
desenfoques selectivos, las imágenes resaltan la intensidad cromática de las
nuevas estructuras, al tiempo que mantienen un vínculo nostálgico con la
serenidad del pasado. Este enfoque genera una tensión visual que desdibuja las
líneas entre el antes y el ahora.
La segunda serie, “Susurros de luz y piel”, explora la relación entre las personas y
los colores que representan su esencia. Cada fotografía es el resultado de una
reflexión profunda sobre la percepción de cada individuo, tanto desde una
perspectiva física como emocional. Los colores elegidos para cada persona reflejan
una dualidad: cómo la apariencia externa puede contrastar con su expresión
emocional. Este proyecto se encuentra en constante evolución, ya que mi
percepción cambia con el tiempo, al igual que las personas que forman parte de mi
vida.
Aunque distintas en su enfoque, ambas series comparten un interés por el color
como medio de expresión y transformación. A través de estas fotografías, el
público es invitado a reflexionar sobre cómo el cambio afecta tanto a los espacios
que habitamos como a las relaciones que nos definen, y cómo el color puede
convertirse en un vehículo para capturar lo efímero.
María Emilia Rodríguez Romero (2002) es una artista visual ecuatoriana, egresada
de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador en 2024. Su práctica artística se
centra en el color como una herramienta del lenguaje cotidiano, empleada para
expresar su dimensión emocional y cultural. A través de su trabajo, explora las
profundas conexiones entre su identidad, sus experiencias personales y el entorno
natural y cultural que la rodea. Mediante una cuidadosa elección cromática,
Rodríguez establece un puente emocional intencional, invitando a una conexión
significativa con las complejidades emocionales que inspiran su búsqueda creativa.
A lo largo de su trayectoria, ha participado en diversas exposiciones como:
“Presencias” (2022), “La Minga” (2023) e “Inestable” (2023), presentadas en el Centro
Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador; “Trazos” (2023) y “Rasgos
Emergentes” (2023), exhibidas en la Casa de la Cultura Ecuatoriana; y
“Caleidoscopio” (2024), exposición de fin de carrera realizada en el Centro Cultural
Itchimbía.