
Las obras de la exposición Des-Habitares, de la arquitecta y artista Karen González nos sitúan frente a los lacerantes rastros de la presencia humana en la tierra. A través de una serie de fotografías y esculturas de pequeño formato, Gonzales nos invita a explorar con una mirada atenta los ciclos de ocupación y abandono que atraviesan los espacios en los que vivimos, sentimos y compartimos nuestra existencia. Cada imagen refleja una huella, a la vez que evidencia la fragilidad de nuestra permanencia, de cómo la materia guarda memoria y se transforma con el tiempo.
Las obras de Karen Gonzalez se construyen desde una mirada obsesiva, por registrar el paso del tiempo y las marcas que dejamos sobre la tierra, con el uso del concreto, la piedra, la madera, el metal y huellas de nuestras formas de vida. Pero también nos recuerda que el mundo está en constante transformación; la naturaleza, de forma lenta pero implacable, siempre reclama lo que le fue arrebatado, desdibujando los bordes de lo humano, retomando lo que le perteneció cubriendo muros y edificios de vida natural, extendiendo sus raíces, y brotando flores.
Esta investigación visual de largo aliento también nos invita a pensar en nuestra responsabilidad con el entorno, en los modos en que intervenimos el paisaje y cómo, inevitablemente, este nos sobrevive. Des-Habitares nos presenta una poética del vestigio en transformación, del proceso de desconstrucción de lo que hemos creado. El trabajo de Karen González es una contemplación de aquello que persiste cuando ya no estamos.





