Actividades PlantarioLab

En 2022 la Carrera de Artes Visuales cumplió 25 años. ¿Qué significa llegar a un cuarto de siglo? Las respuestas pueden ser múltiples, pero de alguna manera es posible proponer que dicho tiempo se refleja en nuestro presente, en las aulas, en nuestra comunidad, en el diálogo y en la transformación permanente.

Podemos decir que tenemos una visión ecosistémica de la educación, donde el arte se posiciona de manera transversal a los campos disciplinares, entre lo sensible y lo cognitivo, y rescata el valor de una pedagogía de los afectos para formar personas éticas y profesionales excelentes. Somos una colectividad de pensamiento y de experiencias desde y sobre el arte, y nuestras acciones se conciben y desarrollan de manera constelada, en colectividad. Concebimos a los seres vivos como seres sabios, cognitiva y sensiblemente. Nos recuerdan de dónde venimos y de qué estamos hechos. La naturaleza nos parece un espacio importante de enseñanza, de experiencias pedagógicas; es decir, el laboratorio más poderoso para observar fenómenos de reciprocidad, complementariedad y cuidado. Nuestra historia está en las prácticas cotidianas de los docentes y los estudiantes, actuales y pasados, así como en nuestros graduados. Sus saberes y experiencias convergen y se reflejan en procesos permanentes de reflexión sobre la educación en artes y, consecuentemente, en la actualización de los planes curriculares, así como en el diseño de nuevos programas tecnológicos implementados o próximos a implementarse. Entre otros, los de fotografía, cerámica y producción digital 3D, y de la maestría en Arte y Educación.

¿Por qué Plantario Lab? Porque era necesario. Podemos afirmar que llegó a nosotros a través de las prácticas de quienes formamos parte de su historia. Hay muchos nombres en este relato que no es posible citar, pero entre ellos destaca una persona muy importante: nuestra colega Pilar Flores, artista-docente, fundadora de la carrera, que acaba de jubilarse y a la cual debemos muchos aprendizajes y en herencia la creación de nuestro jardín de plantas nativas, implementado en 2019. Paralelamente a este proyecto surgió la Parterre Galería, una iniciativa de los estudiantes y graduados de la CAV que adoptan este nombre en referencia al parterre como jardín. A su vez, para las aulas de este nuevo edificio se adoptaron nombres de plantas nativas –Yagé, Maywa y Amaranto–, y sus convocatorias expositivas se denominan Arupo y Archira. La convocatoria para fondos de investigación-creación artística de la PUCE lleva el nombre Mycelium, la red subterránea y poderosa de hongos que une a las especies. En este contexto nos pareció natural y espontáneo proponer un espacio dinámico para pensar la crisis ambiental global desde distintos enfoques. Una plataforma que busque fomentar una convivencia recíproca, consciente, respetuosa e igualitaria con el ambiente y los seres vivos. Además, que propicie preguntas y reflexiones contextualizadas a través de diálogos interdisciplinarios, investigaciones y procesos artísticos.

Plantario Lab se configuró mediante proyectos instalativos, así como conversatorios, conciertos, presentaciones de proyectos y proyecciones audiovisuales escogidas por medio de una convocatoria pública abierta para alumni, estudiantes, docentes y externos. Igualmente, tuvimos invitados nacionales e internacionales que trabajaron las temáticas de sus proyectos personales.

Realizamos dos salidas de campo en el marco de nuestra actividades académicas, en septiembre y octubre, para obtener experiencias en el territorio y con la comunidad. Se realizaron mingas de reforestación en la comuna ancestral Tola Chica, una de las once comunas indígenas que bordean el volcán Ilaló, a 12 km de Quito, y sembramos 700 árboles.

El proyecto Plantario Lab, en sus múltiples dimensiones, se alinea con el Proyecto 1 Millón de Árboles de la PUCE, la encíclica Laudato si’ y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De esta manera, entendemos a la educación en artes visuales, no solo como las enseñanzas y aprendizajes que suceden dentro de las aulas, sino también como una experiencia y reflexión en sintonía, respeto y empatía con otro tipo de conocimientos y comunidades.

Es a partir de las experiencias en siembras cuando nacen las instalaciones de los estudiantes de la CAV, junto con los docentes de las asignaturas de Taller de Arte. De esta manera se aglutinan las sensaciones y reflexiones generadas en los distintos momentos de la minga (rituales, pampamesas, siembras).
Para la inauguración de Plantario Lab se planificó la realización de veinte eventos en veinte días, con participantes nacionales e internacionales. Artistas, curadores, académicos, gestores, ecologistas, filósofos, expertos en plantas, cineastas, conforman una colectividad que piensa nuestra crisis ambiental actual. El objetivo entonces fue crear una red que suscite debates alrededor de esta temática, y para ello contamos con alianzas clave, junto a la Cinemateca Nacional del Ecuador, a la Carrera de Microbiología, InConcerto y a la colectiva Sierra Plástica.

Algo que se aprende en la naturaleza es el valor de detenerse. Detenerse a sentir. Ralentizar el ritmo frenético de la ciudad. Por ello, otro objetivo de Plantario Lab ha sido constituirse como un jardín junto a las aulas, para que la comunidad estudiantil se permita compartir tiempo y espacio con los demás y con otras especies, y recargarse para enfrentar sus responsabilidades cotidianas. Plantario Lab es también un espacio para debatir y pensar cómo queremos que sea la educación en artes a futuro.

Este espacio, por lo tanto, suscitó un ambiente de experimentación para motivar los cambios que permitan ofrecer una formación acorde a las necesidades actuales de nuestra sociedad.

Finalmente, quiero agradecer a la Vicerrectora de la PUCE, doctora Patricia Carrera, al Director del Centro Cultural, ingeniero Francisco Arrieta, a la Decana de la FADA, doctora Christine Van Sluys, al Subdecano de la FADA. magíster Jaime Sánchez, a Natalie Molina coordinadora de exposiciones del Centro Cultural, a todos los docentes de la CAV y especialmente a Jaime Sánchez y José Luis Macas por haber coordinado las salidas de campo y las instalaciones.
A nuestro museógrafo estrella, Víctor Hoyos, por el ingenio empleado en la resolución de la producción del evento, a Alexander Alcocer por el registro fotográfico y audiovisual, a Diana Astorga de la Carrera de Microbiología por la colaboración en la producción del proyecto Cyanovoltaica, a Ramiro Azaña y Margarita Moyón de la Comuna Tola Chica, a Sierra Plástica por haberse entusiasmado y sumado al proyecto desde un inicio, a Daisy Rueda y Melani Guacapiña por el apoyo en la coordinación general de Plantario Lab, así como a todo el equipo técnico y de secretaría de la FADA y del Centro Cultural de la PUCE, y a todos los artistas participantes.

Muchas gracias.
Giada Lusardi
Coordinadora de la Carrera de Artes Visuales, FADA, PUCE